Leguina: «El PSOE no existe, es una sigla propiedad de un señor llamado Pedro Sánchez»
Joaquín Leguina, expresidente de la Comunidad de Madrid, ha señalado que en el PSOE ahora se hace poco caso a los socialistas con experiencia de gobierno porque «el PSOE no existe, es una sigla propiedad de un señor llamado Pedro Sánchez». Preguntado por lo que les diría a los que opinan que él ha virado a la derecha, el ex dirigente socialista responde: «Que confunden la izquierda con un par de señores, los apóstoles Pedro y Pablo, pero la socialdemocracia es otra cosa».
Sobre su opinión de la gestión del Gobierno en relación con el Covid-19, el expresidente de la Comunidad de Madrid considera que «ha sido lamentable». Respecto a los errores de Pedro Sánchez, Leguina asegura que escribirá un libro sobre eso. «Si su único objetivo político es mantenerse en La Moncloa, no creo que haya cometido muchos errores», ha afirmado en una entrevista en Escudodigital.
Por otra parte, ha señalado que «no parece una buena idea» aplicar el toque de queda, ya que «no es un método eficaz». «No comparto esa medida, no me parece una buena idea. El toque de queda no es un método eficaz. Pero bueno, allá ellos, no dan una», ha argumentado Joaquín Legina, que afirma que paga religiosamente las cuotas del PSOE y opina lo que considera.
Por otra parte, Joaquín Leguina cree que es «mucho más efectivo» el sistema que se hizo al principio en Madrid, «coger los sitios más contaminados y cerrarlos».
Sobre la labor de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha destacado que «no son buenos tiempos para nadie, y tampoco para ella»; y ha apuntado que el problema del PP es «que tuvo una escisión (Vox) que cuenta con más de 50 diputados».
Apoyo al Rey
Por otro lado, Joaquín Leguina destaca su apoyo cerrado a la Corona española. Recientemente, junto a otros ex altos cargos del PSOE como César Antonio Molina Nicolás Redondo, ha firmado un manifiesto de la plataforma La España que reúne, en el que denuncian la estrategia de «acoso y derribo» de Podemos al rey y piden a Pedro Sánchez que reconduzca la crisis y cese al ministro Alberto Garzón.
El documento, que también suscribió la catedrática Mercedes Fuertes, la abogada del Estado Elisa de la Nuez y el socialista José María Múgica, también condena «el respaldo» del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, a su compañero de gabinete y el «amparo» de los demás miembros del Consejo de Ministros, «que con un silencio han puesto en cuestión la lealtad al Rey que adoptaron al prometer sus cargos».
Según recoge el manifiesto, publicado por la agencia EFE, a los socios de Gobierno de Pedro Sánchez «no les importa la situación económica y social que ha provocado la pandemia, les interesa dirigir sus intereses rupturistas. Les importa menos la aprobación de los presupuestos que fortalecer sus alianzas de ruptura».
El texto apunta que el Ejecutivo socialcomunista impidió «sin explicación válida ni creíble» que el Rey asistiera al acto de entrega de despachos en Barcelona ha «interferido gravemente» en uno de los poderes del Estado. Señalan que «el necesario refrendo de los actos del monarca por el presidente y los ministros se ha pervertido al utilizarse como un arma política».
«Y si no fuera suficiente, uno de los ministros (Alberto Garzón) ha calumniado abiertamente al Rey acusándole de no ser neutral», apostillan. Por ello, en el manifiesto los firmantes han apelado a la responsabilidad de todos los partidos constitucionales: «Todos tienen un grado de responsabilidad» aunque la última y determinante sea, a su juicio, de las formaciones políticas que gobiernan.
En este contexto, los ex altos cargos socialistas han exigido al PSOE que «resuelva las incertidumbres» de la política española provocadas por una coalición que está «más atenta a su programa ideológico que a gobernar y a su proyecto partidario que a enfrentar los gravísimos problemas sociales y económicos que ha provocado la pandemia». Por último, hacen una llamamiento a los constitucionalistas, en su conjunto, a impedir que la España de 78 se convierta en «una nueva frustración de nuestra historia».